El Plan nacional de desarrollo y la educación superior Imprimir

23 de febrero de 2015

La Hemeroteca Nacional, de la UNAL, fue la sede de la Asamblea Nacional de Delegados de ASPU, 19-21 de febrero de 2015

Hemeroteca

 

Los conflictos internos de la mayoría de las universidades públicas colombianas no dejan mirar con tranquilidad la coyuntura del postconflicto y el papel de la educación superior en la reconstrucción del país.

Es necesario mirar el contexto. Esta en pleno debate el Plan nacional de desarrollo del gobierno de Santos (Todos por un nuevo país). En ese Plan, a pesar de la retórica en las paginas iniciales del documento, la educación superior tiene solo un magro papel declarativo sin presupuestos reales y sigue las  recomendaciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), organización de países a la cual quiere pertenecer el presidente Santos. Alirio Uribe, representante a la Cámara por el Polo, dice en el marco de la Asamblea Nacional de Delegados de ASPU, en Bogotá, que el Plan sigue esos lineamientos porque esta hoja de ruta significa para el gobierno simplemente negocios, un marco favorable para que los negocios en el postconflicto que se avizora, fluyan sin trabas. En el Plan, la educación superior, es simplemente otro negocio más, sigue pensándose en el lucro, de tal manera que en su articulado final, después de páginas de buenas intenciones  se revive la reforma a la ley 30 contra la cual se enfrentó la MANE y los profesores universitarios a finales de 2011 y que fue finalmente derrotada por la movilización. 

Las 230 recomendaciones de la OCDE proceden de la Troika para Latinoamérica: Banco Mundial, FMI y Organización Internacional del Comercio. La paz propuesta por el gobierno de Santos es una paz para facilitar los negocios, para que persistan los intereses particulares de varios congresistas que tiene intereses en las universidades privadas, en la salud, en el Agro, en la minería. En una paz distinta, una paz con justicia social, se haría necesario cambiar totalmente el Plan nacional de Desarrollo. 

Distinto sería si el ambiente interno de las universidades permitiera el amplio debate del papel fundamental de la educación en el post-conflicto, pero la mayoría de las universidades públicas en Colombia tienen conflictos internos no resueltos y en varias se ha cerrado el diálogo entre profesores y directivas. En los Consejos superiores priman los intereses particulares y muchos rectores se han convertido en verdugos de los derechos laborales de los profesores y promotores del desgreño administrativo al entrar de lleno en los terrenos de la politiquería, sin respetar la normatividad vigente. Es difícil entonces que se de el debate tan necesario sobre el Plan de desarrollo, el papel de la educación superior en la reconstrucción del país, lejos de la amañada retórica oficial. Habrán millares de procesos sociales en el postconflicto que requieren de una mirada de una academia no pervertida por los requerimientos de la estandarización del conocimiento promovida por Colciencias, que parece que sigue también las recomendaciones de la OCDE.

¿Qué hacer? Unir fuerzas con los sectores estudiantiles, con sectores democráticos, con otros sindicatos afectados por el Plan de Desarrollo, promover la movilización y las propuestas, y la defensa activa de los derechos laborales de los profesores. La Universidad pública debería dirimir los conflictos internos y con ánimo universal y generoso, aportar a esta vital coyuntura para el país. 

Última actualización el Viernes, 24 de Abril de 2015 02:08